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domingo, 5 de mayo de 2019

Salud ejemplar.

Salud ejemplar


Casi seguro que ha oído hablar de numerosos problemas respiratorios, con nombres como “Pulmón de colombófilo”, “Pulmón de criador de palomas”, “Pulmón de canaricultor”, “Pulmón del criador de aves”, o “Enfermedad pulmonar del criador de palomas”. 

Cuando se trata exclusivamente de palomas, las más apropiada suele ser la primara de esta lista, la segunda hace referencia a problemas en los que sólo se ven afectados los criadores, lo cual no es exactamente el caso. Muchos colombófilos han indicado que experimentan algunos de los síntomas típicos desarrollando actividades que nada tienen que ver con la cría.

El “Pulmón de colombófilo” es una forma de Alveolitis Alérgica Extrínseca (AAE) que los estadounidenses denominan “Neumonitis por hipersensibilidad”. La “AAE” también puede afectar a personas que tienen otros tipos de aves en su hogar, sobre todo periquitos. Otra forma de “AAE” sería el “Pulmón de granjero”.

Síntomas:

Existen dos fases distintas, pero superpuestas de “AAE”, “aguda” y “crónica”.

La fase aguda es la que sufren más comúnmente los colombófilos. Normalmente los pacientes experimentan intensos síntomas semejantes a un cuadro gripal como fiebre, escalofríos, dolor muscular, tos y/o falta de aire, de cuatro a ocho horas después de una exposición continuada a las palomas, tras limpiar el palomar o encestar las palomas. 

Un médico debería ser capaz de detectar anomalías pulmonares utilizando un estetoscopio o rayos X y los análisis de sangre pueden revelar niveles altos de anticuerpos desarrollados contra las proteínas de paloma. Los síntomas generalmente se suavizan en un periodo de 48 horas, pudiendo persistir durante una semana o incluso más. 

Aunque es posible pasar el ataque sin necesidad de tratamiento, es conveniente visitar al médico mientras persistan los síntomas, preferiblemente durante el mismo día de inicio, ya que si se demora puede que el médico no tenga síntomas visibles que estudiar. Es importante la identificación temprana de los pacientes, para intentar prevenir la progresión de la enfermedad hacia su, más complicada, fase crónica. Si se toman las medidas oportunas y la enfermedad es detectada a tiempo, es posible revertir la fase aguda de la “AAE”.

Asegúrese siempre de informar al médico de que tiene usted palomas y del tiempo transcurrió exactamente entre la exposición a estas y la aparición de los primeros síntomas.

Si no se detecta, o sencillamente se ignora, la fase aguda puede verse seguida por la fase crónica, caracterizada por un tipo de daño pulmonar irreversible, denominado científicamente como “fibrosis pulmonar”. Es un problema muy grave, que en casos extremos puede resultar fatal. Los principales síntomas detectables por el profano son disnea (dificultad respiratoria), tos y pérdida de peso que puede llegar a ser considerable.

Si cree que puede estar afectado, no se asuste y consulte a un médico. Este lo someterá a una serie de pruebas enfocadas a determinar cuál es el problema. Recuerde que pueden existir muchas otras posibles causas para sus síntomas, además de las palomas. Asegúrese de que su médico ha considerado todas las alternativas. No dude en pedir una segunda opinión.

Causas:

No fue hasta 1965 que se describió por primera vez el “Pulmón de colombófilo” en la literatura científica. Desde entonces, se han realizado numerosas investigaciones acerca de esta enfermedad y otras formas afines, como podría ser el caso del “Pulmón del criador de aves” y se sigue publicando nuevo material frecuentemente.

Existen varias escuelas de pensamiento dentro de la propia comunidad científica acerca de los mecanismos precisos de la enfermedad. Ninguna de ellas ha sido probada aún con resultados concluyentes. Sin embargo, hay acuerdo general a la hora de determinar a los colombófilos como un grupo de alto riesgo y que la inhalación de materiales derivados de las palomas puede provocar, con el tiempo, “Pulmón de colombófilo” en algunos individuos susceptibles. 

Muchos aficionados con una exposición similar a las palomas no desarrollan la enfermedad. No existe un método fiable para predecir quién se verá afectado y quién no. Esperemos que finalmente los científicos consigan desarrollar un método fiable, cosa que por el momento parece lejana. Hasta ese momento, toda persona expuesta a las palomas debe considerarse en riesgo y tomar las precauciones necesarias para reducir al mínimo la cantidad de material procedente de las palomas que entra en su sistema respiratorio.

Todavía no está muy claro cuál o cuáles son exactamente los derivados de las palomas que provocan la enfermedad. Los principales sospechosos son los excrementos y los restos de la muda, pero sea cual sea la causa, la característica principal radica en que las partículas deben ser lo suficientemente pequeñas como para que una gran parte de las mismas alcance las zonas de intercambio gaseoso situadas en los pulmones. Para que esto suceda, su tamaño debería ser inferior a las 5 micras de diámetro. Un micrón (µm) corresponde a la milésima parte de un milímetro. A efectos prácticos esto significa que las partículas capaces de causar problemas no pueden verse a simple vista. El tamaño mínimo de algunas de las partículas presentes en los restos de la muda puede abarcar un rango de entre 1 y 3 µm.

Cada aficionado tiene sus propios métodos de gestión y este artículo no podría hablar acerca de todos ellos. Mientras lea esta guía, considere todas aquellas cosas que hace y que podrían ponerlo en riesgo de respirar materiales derivados de las palomas.

Situaciones de riesgo comunes:

-Limpieza del palomar:

No permita que los excrementos se acumulen. Recuerde que aquellas partículas que no podemos ver son las más peligrosas. La mejor manera de eliminar el polvo es aspirándolo. Puede que sea necesario adaptar un filtro al sistema de escape de aire de la aspiradora, para evitar que el polvo aspirado pase simplemente a través de la máquina y vuelva a ser expulsado de nuevo al palomar. Lave el interior del palomar periódicamente con una manguera (después de dejar salir las palomas). Hágalo a primera hora de la mañana, en un día donde sepa que la temperatura ambiente va a favorecer el secado. No se olvide el palomar de cría.

-Manejo de las palomas:

Cualquiera que haya manejado palomas, especialmente palomas mensajeras, está familiarizado con lo que Colin Osman llama “el polvo que mancha chalecos”. Esta sustancia se hace particularmente notable los días de enceste, cuando las aves van a ser examinadas individualmente, tanto en casa como en los clubs. Este material presente en la ropa y las manos, se transfiere fácilmente a las zonas de respiración para luego ser inhalado, como se verá en profundidad en la posterior sección de “Ropa y protección”.

-Soltar a las palomas a entrenar:

Cada batida de las alas de un ave crea una poderosa corriente de aire descendente, ideal para la difusión de polvo presente en el suelo del palomar. Un estudio publicado recientemente ha sido capaz de demostrar que cuando abrimos las puertas o las ventanas para dejar que las palomas salgan a entrenar, la corriente de aire que produce el batido de todas sus alas al salir de las perchas en busca del cielo pone en movimiento buena parte del polvo acumulado en el palomar y que este no volverá a estar completamente en reposo hasta transcurridos entre diez y quince minutos.

Este hallazgo supone que usted no debería rondar el área cercana al palomar inmediatamente después de soltar las palomas, ni regresar a él hasta que el polvo se haya asentado. También sería conveniente usar una mascarilla si es necesario acudir al palomar, por el motivo que fuese, durante este periodo.

En los palomares de cría, donde se encuentran en desarrollo las aves jóvenes y en el resto de palomares durante la muda anual, podemos encontrar en cantidades industriales restos de partículas derivadas de las vainas de las plumas, esto trae consigo un aumento considerable del material en suspensión que podemos encontrar dentro del palomar.

Como hemos visto, deberíamos evitar todas aquellas acciones que nos expongan a la inhalación de materiales procedentes de las palomas, debido al alto riesgo que conllevan. Sin embargo, muchos colombófilos que mantienen sus palomares escrupulosamente limpios, cometen el desliz de sentarse luego durante horas y horas dentro del habitáculo de un vehículo cerrado, donde también viajan palomas a un entrenamiento particular.

En un mundo ideal todos tendríamos vehículos especiales para transportar nuestras palomas. Sería perfecto que humanos y palomas pudiesen viajar separados dentro del mismo transporte. Sin embargo, en el mundo real, la mayoría de nosotros tenemos que conformarnos con usar para estos menesteres el mismo vehículo que usamos para la vida diaria. De todas maneras, existen una serie de precauciones que podemos tomar para minimizar la exposición durante estos entrenamientos.

Deberíamos mantener siempre limpias las cestas de transporte, impidiendo que se acumulen en su interior el polvo y las plumas. Lavarlas periódicamente con agua. Meter las aves en el coche justo antes de salir y retirar las cajas vacías del vehículo tan pronto como regresemos a casa. Reduzcamos al mínimo el tiempo de permanencia de las aves dentro de automóvil. Favorezcamos la ventilación cuando las palomas estén dentro. Intentemos establecer un flujo de aire que aleje los restos de las palomas de nuestra zona de respiración. El éxito de nuestra empresa en este campo dependerá, obviamente, del tipo de vehículo.

Pueden intentar seguir estas pautas que yo mismo he desarrollado a la hora de estudiar la ventilación durante el transporte de palomas y humanos en mi propia furgoneta. Llevo las ventanas del lado del conductor cerradas y parcialmente abiertas las del lado contrario. Las rejillas de ventilación presentes en el salpicadero, que nutren el habitáculo de aire fresco procedente del exterior, están orientadas hacia la zona de respiración del conductor, con el ventilador a un buen rendimiento. No permito que el polvo se acumule, aspiro el interior del vehículo inmediatamente después del transporte de las aves.

Sería conveniente que las cestas dispusieran de cajones o bajos extraíbles, para retirarles el polvo (vea a continuación “Fondo del palomar”). Las personas que hayan sufrido con anterioridad ataques agudos de “Pulmón de colombófilo” deberían usar necesariamente una mascarilla cuando transporten palomas en su coche.



Autor: Gary Gleeson




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