La preparación de las palomas mensajeras

Estamos a punto de preparar todas las “armas”, en lo que a colombofilia se refiere, con vistas a la campaña de viajes, pues los días van pasando y pronto las flores y las aves con sus cantos y jubilosos nos anunciarán la risueña primavera, y nuestras palomas mensajeras batirán sus alas en el aire, en ese constante ir y venir en torno al palomar en vuelos cortos, que serán el anticipo de un ejercicio diario que irá en aumento y que les ha de llevar a adquirir la fuerza, ligereza y resistencia que tan necesarias les serán en las pruebas a que hemos de someterlas.

Mientras llega el momento de intensificar este ejercicio, es bueno que el colombófilo vaya pensando en ciertos detalles que se han de utilizar en busca del éxito, empezando por elegir el equipo de palomas que permite el club donde viajamos, según su plan de viajes de todos los años. En este sentido designaremos entre las adultas ya veteranas y los pichones del año 97. ¿Cómo las elegiremos? En principio veamos las condiciones del plan de vuelo y de acuerdo con el mismo y las cualidades que distinguen a nuestras palomas, escogeremos las que más probabilidades tengan de ganar. Hagamos una selección, tranquilos, serenos, sin dejarnos llevar por lo que ya hemos hecho en campañas anteriores, pues muchas veces las que más brillaron en las clasificaciones no son las mejores, por haber sido sometidas a un esfuerzo descontrolado que las han dejado en malas condiciones físicas.

Debemos elegir las que presenten aspecto más saludable, sobre todo es fundamental las que hayan mudado bien y sus plumas demuestren estar totalmente desarrolladas, fuertes y perfectas, que ofrezcan absoluta garantía de éxito.

Una vez que tengamos elegido el equipo de palomas que van a componer la campaña, pues en la mayoría de los clubes de Gran Canaria es de cuarenta por dirección, comenzaremos la preparación con arreglo a los concursos que han de realizar, aprovechando la experiencia de campañas pasadas, sin olvidar que el esfuerzo exigido no sea nunca superior a sus fuerzas, sino que pueda realizarlo sin llegar jamás a acusar la fatiga que tiene tan graves consecuencias podría acarrearles, echando por tierra en poco tiempo todas nuestras ilusiones.

Llamamos preparación al medio por el cual conseguiremos la puesta a punto de nuestras palomas con vista a los concursos que van a participar y logrando en su momento lo que decimos en este deporte “la forma”, siendo tan difícil de lograr como de conservar.
Concretando, hoy en día la preparación en Canarias podemos afirmar que es muy necesaria, dado la gran rivalidad que existe en la colombofilia. Y para que sea eficaz se necesitan dos cualidades esenciales que son método y tiempo.

La preparación ha de ser metódica, empezar con pequeños vuelos de pocos minutos e ir aumentando gradualmente, sin apresuramientos que pudieran ser contraproducentes, para lo cual hemos de comenzar con el tiempo suficiente, con la debida antelación, pensando en los concursos que nos preocupa y a las que destinamos nuestras atletas del espacio.

Una preparación sin método, sin control y excesiva, impone a la paloma un esfuerzo mayor de lo normal, recarga los músculos y produce la fatiga, estado del que difícilmente lograremos sacarlas. Para evitar llegar a esta situación, procuraremos empezar con el debido tiempo, que nos permita graduar el esfuerzo de forma que cuando lleguen los concursos importantes estos no exijan a la paloma más de lo que ellas puedan dar.

Todo lo que una paloma puede ser durante su larga vida deportiva estén manos de su propietario desde el momento de su nacimiento, puesto que es quien la educa y la prepara a su manera.

Por otro lado su alimentación adecuada con sus extras añadidas, es uno de los factores de mayor importancia para poder triunfar plenamente en los días de concursos. De ello depende también en gran medida, el que la paloma pueda alcanzar un rendimiento positivo, o por el contrario, sus facultades físicas decaigan por una alimentación deficiente.

La preparación se debe iniciar cuando las palomas terminan totalmente la muda, aproximado unos treinta a cuarenta días antes del comienzo de los concursos, con pequeños vuelos forzados, programado hasta llegar una hora por las mañanas y media hora por la tarde, o en su caso cuarenta y cinco minutos por secciones, el resto de su tiempo debe descansar al máximo, pues todos sabemos lo que mata a una paloma son los días y las noches que pasa en las cestas de viaje y en los puntos de sueltas. El descanso bien dosificado y el entrenamiento bien dirigido es lo que lleva a la paloma a una buena preparación, muy necesario para los durísimos concursos, y más aún los de fondo, que gozamos plenamente en Canarias.

Por todo ello queremos insistir que debemos preparar bien a nuestras palomas mensajeras, con la seguridad de que será el único medio de poder triunfar.

Artículo publicado en el Diario Las Palmas
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